Este blog será nuestro punto de encuentro, en él se unirá la magia, los sueños, la luna y la literatura. ¿Por qué la luna? Porque es mi hogar. ¿Por qué la literatura? Porque es como único entiendo la vida.

martes, 12 de agosto de 2014

El don de la palabra (escrita)

Sí hubiese sido bendecida con el don de la palabra (escrita) quizá te habría compuesto una canción, acompañada de dulces acordes que te susurraría en el silencio de la noche mientras duermes. Podría haber luchado, haber llorado, haberte escrito despacio y con buena letra que me enamoré de ti como nunca, como de nadie. 
Sí hubiese sido bendecida con el don de la palabra (escrita) podría haberte dedicado un poema, de esos con metáforas (tus ojos son los luceros que guían mi camino) con rimas (ahora sé lo que es el amor, que soñaba con tu llegada en mi interior) o con hipérbaton (de la ausencia teñiste mis noches). Podría haber jurado, haber soñado, haber inventado un cuento donde amar fuese sencillo y para siempre. Podría haber buscado mil formas de frenar el huracán que me atormenta y sacia las caricias que me das. Podría haber borrado las letras del adiós que sin querer que ocurriera nuestro miedo provocó. 
Sí hubiese sido bendecida con el don de la palabra (escrita) podría haberte dicho tantas cosas sin decir...pero ya que más da. No estás, te has ido, y yo me quedo con las letras enredadas en los dedos, de los que me sangra la tinta de lo que no te escribí. No leerás jamás que le diste vida a mi piel muerta con el roce de la tuya. Nunca entenderás que tu presencia (a veces ausente) reconstituía las partículas de mi ser formando un compendio perfecto de felicidad. No se dibujará la grafía de mi alma, la sincera, que expresa lo que callo, lo que oculto...
Sí hubiese sido bendecida con el don de la palabra (escrita) me hubiese despedido con una carta, en la que explicarte el por qué de mi partida, que aunque impotente, dolorosa y resignada, fue la decisión acertada. Pero no me bendijo Dios ni Mahoma o Alá...no nací con ningún don del universo o del cosmos...no sé expresarme ni expresarte, así como tampoco olvidarte. Pero lo que sí sé, de lo que no me cabe duda y puedo contar, narrar y expresar con miradas (porque no sé, y lo sabes, hacerlo de otra forma) que aunque fugaz tu presencia, indescriptible, fue un regalo.

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