Este blog será nuestro punto de encuentro, en él se unirá la magia, los sueños, la luna y la literatura. ¿Por qué la luna? Porque es mi hogar. ¿Por qué la literatura? Porque es como único entiendo la vida.

viernes, 12 de septiembre de 2014

La cantautora que olvidó su sueño


Las campanadas del antiguo reloj que colgaba de la pared le indicaron que llevaba más de una hora allí sentada llorando. Llorándole. Llorándose. Ya no quedaba nadie en la casa...ni nada. Una casa vacía y a la vez llena de recuerdos derramados en las esquinas. De carcajadas que habían compuesto el silencio que ahora se hacía escuchar. De sonrisas cómplices, miradas largas, tardes de lluvia y algún que otro enfado. Ahora a su alrededor no había nada y lo halló todo. Se encontró a sí misma perdida en la sombra de otro. Andando los desandados pasos del desamor (otra vez). Maldijo a Dios. Maldijo el refrán: "amarás a tu prójimo como a ti mismo". Fiel cristiana hasta el momento, en un acto de rebeldía, se juró que sí sobrevivía, sí conseguía armar los pedazos que la componían (ahora descompuesta) sí dejaba de fingir sonrisas externas mientras en su interior seguían sangrándole las heridas, SE AMARÍA A SÍ MISMA COMO ERA CAPAZ DE AMAR AL PRÓJIMO. 
La casa se oscurecía. El cielo se teñía de negro. En su pecho anidaba un nudo. Sus ojos navegaban en un mar salado. Su sonrisa se tornó taciturna, y una vez más habló su corazón herido. 
El séptimo escalón de aquella escalera que fue testigo tantas veces de las prisas, de la pasión, de las ganas de ambos de saciarse, de amarse e hicieron de lecho sobre el que comerse a besos, "reacariciarse" con la inocencia de las primeras veces, de los reencuentros y las reconciliaciones, estaba lleno de soledad. Sintió el frío de la ausencia. Su guitarra (lo único que conservaba) la invitó a rozarla. ¿Cuánto llevaba sin hacerle el amor a la música, culminando en orgasmos melódicos que se convertían en número uno de ventas? Mucho. Cada vez que se enamoraba apalancaba sus sueños. Se adormecía y vivía mecida en los del otro. 
Cogió la guitarra, colocó sus dedos tocando el acorde mayor y le cantó al dolor. 
CANTO AL DOLOR
Son tantos los besos que no me diste que mis labios vírgenes continúan hablando de ti.
Caricias gastadas en camas ajenas,
mentiras cantadas a voz de verbena,
¡ay, ven y quédate! 
Son los silencios los que hacen demasiado ruido, no quieren callar. 
Intento engañarlo cerrando mis ojos, trayéndote aquí en un recuerdo loco,
¡ay, ven y abrázame!
Y sigo pensando en ti,
dibujándome a unos ojos que no me quieren ver,
reteniendo sentimientos que no llegaron a nacer,
atada a ti y al recuerdo de tu piel,
sabiendo que alejarme formaba parte de este querer,
que sigue grabado en mí sin formar parte del ayer.
Cuento las horas que pasé enredada en tu cuerpo y me vuelvo a perder.
Mi alma y la tuya se encuentran y lloran, se besan, se abrazan, la pasión aflora,
¡ay, ven y ámame!
Despierto en la noche gritando tu nombre, no estás, ya no existes y no me respondes,
¡ay, ven y rescátame!
Y sigo pensando en ti,
dibujándome a unos ojos que no me quieren ver,
reteniendo sentimientos que no llegaron a nacer,
atada a ti y al recuerdo de tu piel,
sabiendo que alejarme formaba parte de este querer,
que sigue grabado en mí sin formar parte del ayer...parte del ayer...parte del ayer...
Su voz se convirtió en un susurro y los acordes de la guitarra se fueron apagando. Fuera llovía. Dentro también. 

martes, 9 de septiembre de 2014

Tengo un deseo

Tengo un deseo:
Quiero ser como la luna...ahí está, en lo alto, haciendo gala de su majestuosidad...a veces se esconde, no por cobardía, su grandeza necesita de esos retiros para volver a brillar con humildad y deleitarnos nuevamente con su esplendor. 
Quiero ser como la luna, objeto de deseo, baúl de secretos, cuna de sueños y columpio de soñadoras.
Quiero ser como la luna, silenciosa y observadora...amante de los enamorados, compañía de los solitarios, testigo de las lágrimas y musa de los artistas. 
Quiero ser como la luna...iluminarlos a todos en un abrazo de luz, y hacer como ella, no dejar que nada ni nadie la oscurezcan. 

lunes, 8 de septiembre de 2014

Decálogo de una loca

Nunca me gustaron las normas ni las leyes, al final nadie las cumple pero todos las predican. Yo soy más de ilusionarme y reilusionarme cuando ya no hay esperanzas...de creer en lo que nadie cree y luchar en batallas perdidas, de confiar en lo imposible y desconfiar de lo posible...no me gustan las normas pero sí los decálogos, esos que me dicen sólo a mí lo que tengo que hacer. Empieza la cuenta atrás, la recta final del año...donde muchos sueños se han quedado atrapados en los hilos de la cobardía. Donde vagan corazones rotos (rotos, no muertos) donde el exceso de amor ha separado en lugar de unir (sí, ocurre) aunque en el prospecto se hayan olvidado de poner que tomar las decisiones adecuadas no garantiza el olvido ni el desamor. Es nuestra última oportunidad de cumplir aquello que prometimos mientras nos atragantábamos con las uvas y vibrábamos con las doce campanadas (bajar de peso, cambiar de trabajo, viajar...) es nuestra última oportunidad de ser fiel a lo que deseamos hace doscientos cincuenta días y nos quedan sólo ciento quince para cumplirlos. Ponte las pilas, súbete a los patines, abre la ventana y grita...yo ya tengo mi decálogo: 
DECÁLOGO DE UNA LOCA:
1-Prometo no desquererte (aunque tú no lo entiendas).
2-No dormir nunca y soñar siempre.
3-Amar muchísimo a todos aquellos que me odian.
4-Escribir cada día de mi vida (de todas mis vidas).
5-Perdonar lo imperdonable y entender lo ininteligible.
6-Hablarle a la luna cada noche aunque sólo me responda con un guiño, y dibujarla a diario en mi rostro  a modo de sonrisa.
7-Llorar, pero no ahogarme en mis propias lágrimas.
8-Proporcionar la medicina del alma (la que no se vende en farmacia ni recetan los médicos) LOS ABRAZOS, pienso abrazar a todo aquel que me lo pida y así abrigar sus penas.
9-Empezar de cero cuantas veces sea necesario y sí pierdo la cuenta vuelvo a empezar.
10-SERME FIEL, aunque me invada la tristeza y me azote la soledad...aunque viva de recuerdos y me alimente de "ojalás".
Te quedan pocos días, suficientes horas y muchos sueños por cumplir. ¡Arriesga!