Este blog será nuestro punto de encuentro, en él se unirá la magia, los sueños, la luna y la literatura. ¿Por qué la luna? Porque es mi hogar. ¿Por qué la literatura? Porque es como único entiendo la vida.

martes, 6 de agosto de 2013

Mi novela



Queridos lectores, el próximo mes de septiembre saldrá por fin a la luz mi primera novela, espero que la primera de muchas y las musas no se vayan, las tengo a jornada completa y sin derecho a vacaciones, no sé si estoy tentando al diablo y acabarán huyendo despavoridas de semejante tiranía. De momento parecen estar complacidas. Me encantaría que todos y todas asistiesen a la presentación de mi libro, que lleva por título: “Sí, los ángeles también lloran”. Creo que les gustará, pero no considero correcto ser yo quien les diga lo entretenida o fresca que puede ser, no quiero pecar de soberbia, prefiero que sean ustedes, los lectores, los que cuando llegue el momento la lean, disfruten y juzguen. Al fin y al cabo siempre se aprende de las críticas. Aun no sé la hora, fecha y lugar concreto de la presentación, pero iré dando información. Por ahora les dejo la portada de la novela, para ir calentando motores. Gracias por seguirme, mis mejores musas son mis lectores. 


Recuerdos




Los recuerdos son pétalos de flores perfumadas que acarician el alma, transportándote a lugares lejanos donde distes besos caramelizados y caricias de terciopelo. Son susurros que trae el viento y hacen latir el letargo dormido del olvido. Destellos de luces de colores y aroma a azahar.
Los recuerdos son la eternidad, la vida anclada a lo que fue y a lo que deseas que siga siendo. Espuma del mar que siempre vuelve a morir a la orilla, arrastrando con ella los traicioneros trailers de nuestra existencia, grabados a fuego en la retentiva. Pequeñas heridas del alma que escuecen cuando la sal penetra en las llagas del corazón haciendo que se estremezca el espíritu.
Los recuerdos son el todo que nos compone, las piezas del puzzle de nuestra vida, que no encaja si falla alguna.
Los recuerdos son lo vivido que queremos olvidar dentro del olvido que anhelamos recordar
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Las matemáticas del placer



Suma, tu piel con mi piel, tus ganas y las mías. El deseo. Los besos y la necesidad de arrancarnos la ropa al ritmo de tus dedos, temblorosos, que tamborilean sobre el incesante palpitar del fuego que se desata en la caldera donde se enciende el vicio.
Resta, los miedos y los juicios, el qué dirán y lo que ya hayan dicho. El desdén de los puntillosos que con animosidad avizoran nuestra historia.
Multiplica, el placer, las caricias, los gemidos, el goce. Las miradas cargadas de ardientes centellas en las que quemarnos y convertidos en cenizas, resurgir cual ave Fénix, para nuevamente fundirnos en el deleite y la depravación del erotismo.
Divide, la fruición. Dosifícala en pequeños frascos custodiados por el mismísimo Tifón, que se traga las aguas fecundantes del Nilo, para así asegurarnos que nadie sisará el enigma de este frenesí.