Este blog será nuestro punto de encuentro, en él se unirá la magia, los sueños, la luna y la literatura. ¿Por qué la luna? Porque es mi hogar. ¿Por qué la literatura? Porque es como único entiendo la vida.

miércoles, 24 de octubre de 2012

La mujer en el espejo



Se sentó frente al espejo y miró a la mujer que se reflejaba en él y le devolvía la imagen. Levantó su mano derecha y se acarició la mejilla, la mujer del espejo le devolvió el movimiento. Dos mujeres, un solo cuerpo, algo más que un alma, un alma perdida. ¿Por qué no conseguía identificarse con ella? Vestía su misma ropa, tenía la misma sonrisa forzada en el rostro, pero la mujer del espejo tenía brillo en la mirada. Agachó la cabeza, pero el chasquido de una lengua la obligó a alzar la mirada.
-Escúchame bien muchachita, sí tú, la del otro lado.
La mujer del espejo se refería a ella. Se quedó boquiabierta. ¿Estaría perdiendo la cordura? Era imposible que una imagen en un espejo estuviera hablándole.
-Cierra la boca, le dijo. Llevas demasiado tiempo pasmada. Arregla tu vida si quieres llegar hasta aquí, o piensas seguir regalando tristeza por donde quiera que pasas ¡Vive! Que la vida está llena de profetas sin profecías que cumplir, de destinos sin caminos y caminos sin destinos. Escribe tu propio cuento, inventa tu propia historia y vive sin temor al mañana-.
            La mujer del espejo era fuerte y decidida. No se dejaba contaminar por palabrerío que salía de cualquier boca que se creyera importante. Carecía de sentido de culpabilidad, se lo sacudía cuando no le era necesario y escuchaba atentamente la lección cuando tenía algo que enseñarle. Era segura y positiva. Pisaba con paso firme haciendo sonar sus pasos. No le temía a nada y era temida por el miedo. Sabía escuchar y hablar cuando era necesario. Sabía callar y aprender del silencio. Siempre permanecía serena ante cualquier fenómeno atmosférico de eso que llaman vida. Nada la hacía tambalearse y desconocía la palabra derrota. Era Aquiles en Troya pero sin talón de Aquiles.
En cambio la otra mujer estaba a años luz de su reflejo. Era insegura, miedosa, cobarde y maleable además de muchas otras cosas que la alejaban de la luz. Pero tenía una virtud, era capaz de ver sus fallos y quería cambiar, no sabía cómo, pero estaba decidida.