Este blog será nuestro punto de encuentro, en él se unirá la magia, los sueños, la luna y la literatura. ¿Por qué la luna? Porque es mi hogar. ¿Por qué la literatura? Porque es como único entiendo la vida.

viernes, 22 de enero de 2016

Destellos de luz


Mi abuela siempre decía que hay personas que te rompen el corazón y otras que te lo pegan. Y luego están esas otras que se cuelan por las grietas y te lo encienden. 
Yo llevaba varios años con el corazón roto, y sin nadie capaz de unir las múltiples piezas que quedaron esparcidas en un pecho lleno de malas hierbas. 
Lo que mi abuela no me explicó fue cómo reconstruirme a mí misma. Cómo encender mi luz... Quizá la anciana no se olvidó, quizá quería que lo aprendiera sola, que los continuos golpes por la ausencia de luz me llevaran -por desesperación o por necesidad- a encontrar el interruptor. Mi interruptor.
Pero cuando uno se acostumbra a andar a tientas aprende a ver en la oscuridad, aunque esta sólo te muestre sombras, sólo una mitad de la realidad.
Y los años pasan... Y un buen día te tocan en la puerta del alma. Te tocan desde casa, desde dentro. Y una voz que te resulta familiar te dice, tímidamente, que antes de que decidas abandonarte, rendirte, querría ver la luz. Tu luz...
Y te concedes un último deseo. Cierras los ojos, te llevas la mano al pecho y pulsas el interruptor. Te recompones los pedazos y queda perfecto, sin grietas. Porque el amor es unidireccional, viene de adentro hacia afuera, y se expande... Salpicando a todos los que están a tu alrededor con purpurina plateada. Empapando con la lluvia de tu corazón a todo aquel que se quiera mojar contigo.
Y miro al cielo, y mi abuela me hace un guiño en forma de destello de luz.