Podrá dejar de brillar la
luna,
podrá fundirse la luz del
sol,
podrá secarse el agua de la
tierra,
y marchitar con su sequía
la hermosura de una flor.
Podrán mis ojos derramar
las lágrimas,
que necesita el mundo para
vivir,
podré ahogarme en un
desierto,
y podrán obligarme a
mentir.
Pero aunque no brille la
luna,
aunque deje de iluminarnos
el sol,
secándose nuestra hermosa
tierra,
y muriendo cada día una flor,
nunca podrán obligarme a
mentir,
a negar lo evidente y lo
que me hace sentir,
una caricia en la mejilla,
una mirada sin fin,
un susurro inconfesable,
un deseo por cumplir.
Un te quiero que no
escucho,
el anhelo de tu amor,
una frase impronunciable,
que escondes en tu corazón.