Este blog será nuestro punto de encuentro, en él se unirá la magia, los sueños, la luna y la literatura. ¿Por qué la luna? Porque es mi hogar. ¿Por qué la literatura? Porque es como único entiendo la vida.

jueves, 10 de julio de 2014

Vivir

Y decidió vivir...quitarse las telas de arañas que enredaban un corazón que en algún momento deseó galopar con el viento a favor acariciando su cara. Decidió vivir porque había soñado que desde el cielo (donde le tocaba ir) no podría ver bonitos amaneceres (ese regalo era para los mortales). Decidió vivir porque aún le quedaban labios por besar, corazones que romper (o mejor arreglar) melodías que tararear y canciones por bailar. Decidió vivir para encontrarse en cada mirada y regalar sonrisas. Para empaparse de las gotas del rocío y abrigarse del frío con abrazos. Decidió vivir una vez más, se juró que sólo una, para correr más rápido que en vidas anteriores y andar despacio sin dejarlos escapar (a los momentos) en los que poder decir TE QUIERO sin el velo del orgullo o del miedo...porque los te quieros no dichos, los silenciados por cobardía o postergados para "más adelante", no se pronuncian solos, se van contigo y te recuerdan (con falta de aliento) que no existe el "dar de más" que así te vas más ligero,más libre, más sincero. Decidió vivir porque no quería dejar nada en el tintero, sólo la pluma gastada de su historia escrita y con final feliz. Decidió vivir para poder cerrar los ojos ante una caricia y sentir con el alma, para saborear la sal de sus lágrimas de felicidad. Decidió vivir porque nada es lo que parece y todo es lo que ves...sin más. Para hacer rimas con los versos torcidos del desencuentro. Para aprender a tocar el violín y contar con las notas sordas o las bulliciosas, las afinadas y las desentonadas, que había decidido vivir una vez más para no morir sin aprender a hacerlo. Y con esa certeza, con ese deseo latiéndole en la voluntad, vivió aprendiendo a sentir todo aquello de lo que tanto había huido (por miedo a que lo matara) consiguiendo únicamente sentirse más y más vivo.

Microcuento

Y sin que tú lo sepas,
serás mi princesa,
aunque entre tus sábanas no teja,
los hilos de mi entereza.
Ya te dije, amor, que no me vengas con rarezas,
que te pinto de colores los miedos y tristezas.