Allá,
en lo alto de tu montaña,
tras
la cual se esconden mis recuerdos,
Ahí,
en el interior de tu cumbre,
donde
nacen, arden y mueren mis deseos.
Donde
empieza la curva de mi ensueño,
y muere
la pasión que esconde tu mirada.
Ahí,
donde no somos nadie,
donde
desnudos nos miramos el alma,
Dentro,
donde fraguan nuestros retorcidos pensamientos,
donde
envenenamos al ánima y satisfacemos al cuerpo.
Ahí,
en la lascivia oculta de tu mirada angelical,
quiero
pasar el resto de mis días,
acunado
por el terciopelo de tu cueva,
donde
el hastío de ti me mate lentamente.
Chiquilla que arte que tienes por Dios, que sensibilidad. Que lenguaje tan cálido que no cansa sino que te envuelve en la lectura. No dejes de pulirte porque eres un diamante en bruto. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias, no sé muy bien cómo se debe contestar a los cumplidos y dado que me han llamado la atención por ello he decidido aprender. Le agradezco mucho sus palabras y espero que continúe leyéndome. Saludos.
ResponderEliminar