Siete
son los corazones,
que
laten sobre el inmenso mar,
siete
las hermanas,
que
descansan bañadas en sal.
Unas
más rebeldes,
amenazan
con despertar,
y
entre pequeños latidos,
su volcán
ponen a trabajar.
Otras
más sumisas,
descansan
sin avistar,
el mínimo
temor,
de
su letargo querer despertar.
Siete
porciones de tierra,
bailando
en el océano están,
luna,
mar, sol y paz,
acunan
nuestra verdad,
del orgullo
que se siente,
al pertenecer
a esta hermandad.
Soy canaria
y tengo alma de faycan.