Llegaste a mi, lisonjera,
a amar mi cuerpo,
con tu risa ligera.
Posaste en mi nido tu alma,
arrodillando mi esencia,
soliviantado mi calma.
Ardía en mi tez el deseo,
me tumbó la pasión
sin rodeo.
Allí empezó el viaje de mi vida,
prendida a la candidez
que me dejó tu herida.
Ahora vago por el cielo,
donde no hay luna
ni amores ciegos.
Te busco en la noche,
te lloro en el día,
amanezco sola
y con el alma vacía.
¡Ay, amor fugaz!
Amor real.
¡Ay, amor sincero!
Amor sin te quieros.
¡Ay, amor de mi vida!
Amor sin medida.
¡Ay, amor! Hay amor, ahí amor
a amar mi cuerpo,
con tu risa ligera.
Posaste en mi nido tu alma,
arrodillando mi esencia,
soliviantado mi calma.
Ardía en mi tez el deseo,
me tumbó la pasión
sin rodeo.
Allí empezó el viaje de mi vida,
prendida a la candidez
que me dejó tu herida.
Ahora vago por el cielo,
donde no hay luna
ni amores ciegos.
Te busco en la noche,
te lloro en el día,
amanezco sola
y con el alma vacía.
¡Ay, amor fugaz!
Amor real.
¡Ay, amor sincero!
Amor sin te quieros.
¡Ay, amor de mi vida!
Amor sin medida.
¡Ay, amor! Hay amor, ahí amor
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